lunes, 11 de abril de 2016

10 de Abril- Inauguración- La voz de Galicia

Este es el reportaje de La Voz de Galicia




La restauración del tempo fue posible gracias a los donativos de los vecinos, que ayer celebraron una fiesta por todo lo alto a la que no faltó ni el arzobispo







Caleiro reabre su iglesia del siglo XII

La restauración del tempo fue posible gracias a los donativos de los vecinos, que ayer celebraron una fiesta por todo lo alto a la que no faltó ni el arzobispo
vilanova / la voz, 11 de abril de 2016. Actualizado a las 05:00 h. 0
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Uno de los retablos restaurados

A Benito Leiro Paz, el presidente de la comisión parroquial, se le quebraba la voz cuando ayer le entregó las llaves de la iglesia de Santa María de Caleiro (Vilanova) al arzobispo de Santiago, Julián Barrio. Eran las doce del mediodía, justo antes de la misa con la que se consagró este templo del siglo XII, totalmente remozado.

La iglesia llevaba más de una década cerrada. El mal estado del tejado provocó que el edificio se llenara de humedad, deteriorándose el techo, retablos, suelos y fachadas, llegando casi a la ruina. Llegó un momento en que se convirtió en inhabitable, hasta el punto de que hubo que construir un salón parroquial en los terrenos aledaños para poder celebrar misas y demás actos religiosos.
El salón cumplió su función, pero los feligreses querían recuperar su iglesia. Y como el Arzobispado de Santiago no acababa de tomar cartas en el asunto, decidieron hacerlo por su cuenta. Para llevar a cabo esta empresa, en el 2013 se constituyó una comisión parroquial y se abrió una cuenta bancaria para que los vecinos ingresaran sus donativos. Los hubo de 20 euros y los hubo de hasta mil euros. «Cada un daba o que podía, e dou moita xente, incluso xente humilde que aforraba para a súa igrexa», explica Benito Leiro.
Así, a medida que iba habiendo disponibilidad económica, se fue afrontando, poco a poco, la restauración del templo; la limpieza de la piedra de la fachada exterior, la construcción del techo de madera, la restauración de la tribuna y de los retablos...
Todos arrimaron el hombro

Hubo donativos en metálico y los hubo en mano de obra, pues un constructor, vecino de la parroquia, se ofreció a trabajar con tarifa reducida para apurar la última fase. Las obras se prolongaron durante varios años y ayer, por fin, los feligreses pudieron verlas terminadas. Según lo visto y oído, el resultado gusta y no faltó quién se emocionó al volver a pisar la iglesia en la que hizo la primera comunión y se casó.


Más allá del valor sentimental, la restauración de Santa María de Caleiro supone la recuperación de una joya arquitectónica. Datada en el siglo XII, es una de las iglesias más antiguas de la comarca. De origen románico, en su interior coexisten elementos neoclásicos y barrocos, lo que hace de este edificio un valor singular desde el punto de vista artístico y patrimonial.
Desde ayer, los vecinos vuelven a poder disfrutar de este escenario para las misas y ceremonias, y quizá ahora se recuperen las bodas, que habían casi desaparecido en Caleiro porque a los novios no les gusta casarse en un salón parroquial hecho con ladrillos y con el suelo de baldosa, así que emigran en busca de templos más vistosos para celebrar la ceremonia.

Pulpo y empanada

Ayer fue día de fiesta por todo lo alto. Primero en la iglesia, con una misa de hora y media oficiada por Julián Barrio, y, después, alrededor de la mesa. Unas cuatrocientas personas acudieron a la comida que se sirvió en el salón parroquial, a la que no faltó Gonzalo Durán, que además de alcalde es natural de Caleiro. Y como todavía quedan algunas obras por hacer, la comida también sirvió para hacer caja. El plato costaba 30 euros para los adultos y 10 euros para los niños. El pulpo, la empanada y la carne ao caldeiro no los valían, pero los parroquianos pagaron a gusto porque, lo que sobre, irá a la cuenta de la comisión vecinal para seguir mejorando su iglesia

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